MI FIJACIÓN EN LOS ZAPATOS

Mi mamá me cuenta que cuando era niña yo detestaba los zapatos cerrados. Yo me rehusaba a ponérmelos y que solo era feliz cuando me ponía sandalias. Parece ser que desde pequeña no me importaba mucho qué ropa ponerme pero tenía claras preferencias en cuanto al calzado. Los zapatos siempre han sido relevantes para mí

Veo los zapatos como una forma de expresión y una extensión de la personalidad de la gente. Creo que puedo deducir mucho sobre una persona, más allá de su estilo, solo según los zapatos que lleve puestos. Puedo adivinar su estilo de vida y también puedo darme cuenta si son aventureros o más bien tímidos, si son sofisticados o tranquilos...a veces incluso puedo adivinar de dónde son. Por supuesto, el tipo de zapatos que lleven no es único factor que me de una indicación en ese sentido pero mirar a los pies sí que me da algunas pistas. Igualmente, estoy segura de que otras personas pueden saber cómo soy solo con mirar mis zapatos.

Así que, ¿qué es lo normal que yo compre en mis viajes? La respuesta es clara: ¡zapatos, por supuesto! Algunas personas compran especias para cocinar, otras adquieren perfumes u optan por comprar joyas, pero yo no soy una de ellas. Para mí, el mejor recuerdo es un par de zapatos que me traerán recuerdos cada vez que me los ponga. Y, claro está, cuanto más únicos sean, mejor: cuando la gente me pregunta por ellos inmediatamente me transporto a un lugar y tiempo específicos.

Normalmente me compro uno o dos pares como máximo en cada viaje pero recuerdo que una vez me volví loca, en una visita a São Paulo hace más de 10 años. Después de descubrir la mejor zapatería del mundo (Shoestock, un verdadero paraíso para los amantes de los zapatos), ¡compré como loca y terminé llevándome 12 pares de zapatos a casa! Lamentablemente, Brasil se ha vuelto un país muy caro así que la última vez que estuve allí hace 2 años y medio solo pude comprarme un par de pares de zapatos. Sí, un par de pares... ;)

Mi pasión por los zapatos también me ha llevado a tomar grandes decisiones en mi vida. Una de ellas fue renunciar a mi trabajo a finales del año 2000 y a mudarme de Lima  Nueva York por unos meses el año siguiente. Quería ser diseñadora de zapatos así que me matriculé en Parsons School of Design para asistir a su certificación en diseño de modas. Esos meses en que exploré mi creatividad y mis habilidades artísticas mientras vivía en Nueva York fueron un desafío pero también una experiencia fantástica y enriquecedora (de la que hablaré en un futuro post).

Entonces pasaron algunas cosas fuera de mi control que evitaron que completara ese proyecto. Mi vida cambió de rumbo y terminé en México donde viviría por 7 años y medio, trabajando en la industria hotelera, a lo que aún me dedico. Sé, sin embargo, que algún día cerraré ese círculo. En el ínterin, estoy ansiosa por ir en busca de zapatos durante mis próximas vacaciones.